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¿Cómo ser un adulto?

  • Por James
  • 10 ene 2018
  • 2 Min. de lectura

Me gusta pensar que pese a mi edad, aún queda imaginación en mi vida, aún me invento mundos cuando estoy aburrido en una sala de espera y tengo conductas infantiles que llegan a desesperar

a mis conocidos. Pero si revisamos fechas y responsabilidades, no cabe duda que soy un adulto;

y de vez en cuándo es atemorizante...

Aunque nunca he sido alguien que siga reglas o necesite ocultarse tras otras personas, siempre era un poco reconfortante que alguien te ayudara a limpiar tus desastres, aunque significara un regaño a través de skype; y aún mejor, recibir palmadas en la espalda cuando hacías lo correcto. Siendo pequeño, solitario y caótico, me quedaba dormido en el sofá con la confianza que al despertar de alguna pesadilla alguien habría dejado las luces encendidas para calmar mi miedo; pero después de muchas noches dejaron de encenderse mágicamente y tuve que buscar yo el interruptor.

Ser adulto es tomar decisiones sin un guía, ya no existen maestros que miren sobre tu hombro mientras buscas la solución del problema, ya no hay padres desvelándose contigo en el sofá explicándote palabras complicadas en una carta sin destinatario. De pronto creciste y no hay patrones que seguir, nadie más a quien culpar, y una página en blanco donde sólo tú tienes el lápiz, ¿No suena un poco aterrador?.

De repente de mi boca salen las palabras mi padre, pero él no está cerca para decirme si lo he dicho bien o mal; y la mirada de mi madre me asegura que fui yo él que habló, pero sigo sin saber si he dicho lo correcto. Supongo que ser adulto es vivir en la ambigüedad, simplemente cargando con las consecuencias de tus acciones; y al menos en mi caso, no importa cuán lógico resuelva las cosas, siempre pesa sobre mí no saber si fue una decisión acertada.

Ser adulto es complicado o tal vez soy demasiado melodramático; supongo que todo sería más fácil si pudiéramos tener unas de esas guías sobre cómo serlo, un paso a paso de cómo facilitarnos esta transición entre tener alguien que te cuide la espalda y sentirte completamente solo.

Aunque también tiene sus cosas buenas, principalmente el tener tarjetas para poder comprar en línea y debo confesar, que muchas de mis adquisiciones, son caprichos del niño que aún soy por dentro (Broma, no soy tan materialista). Pero entre tanto estrés de ser adulto, una de las mejores cosas que me ha dejado crecer son las amistades; ya no quedan imitadores o personas tratando de impresionarte, ni aduladores o traidores; conforme creces la gente que te encuentras no tiene miedo de mostrarse tal cuál es.

Puede que ser adulto parezca solitario y tenebroso, pero siempre puedes encontrar alguien que si bien no encenderá la luz por ti, te prestará la suya para que no sea tan difícil encontrar un interruptor.

Por otro lado, alguien dijo una vez que somos un compendio de nuestras partes favoritas de otros, así que tal vez ser la voz de mi padre de vez en cuando no sea tan malo, tal vez es una forma de mantenerlo cerca. Pero esa es otra historia.

Si tuviera que hacer una guía sobre ser un adulto funcional, empezaría por decirte que probablemente nadie lo es.

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