Familias unidas, no divididas.
- Por James
- 19 jun 2018
- 3 Min. de lectura

Tenía cerca de 11 años la primera vez que leí “El diario de Ana Frank” fue curioso leer por primera vez a alguien que rondaba mi edad, sus pensamientos no eran tan ajenos a los míos, podía sentir empatía con Ana, que llamara “Kitty” al diario, me hacía imaginar que pudimos ser amigos; Conforme avanzaba el libro sentía miedo, porque sabía lo que venía, pasaba las páginas deseando que el final fuera otro. Ana Frank murió a los 15 años, a unos días que liberaran el campo de concentración donde ella se encontraba.
Con el corazón roto no podía sacarme su historia de la cabeza, y no podía dejar de preguntarme constantemente ¿Qué hubiera hecho yo? Si no fuera judío, ¿habría tenido el valor de hacer algo o me habría quedado callado, indiferente?
Me parece increíble como tenemos cientos de conmemoraciones por el holocausto para recordarnos lo que la intolerancia y el odio son capaces de hacer. Y aún así, en pleno 2018, tengo que hacerme esta pregunta hoy. ¿Voy a quedarme callado e indiferente?
Para nadie es un secreto la política racista de Donald Trump, desde que estuvo en campaña no hizo más que culpar a los Mexicanos (y miren que no sabe ni diferenciar nacionalidades, o no le interesa hacerlo) de la delincuencia y disminución en la oportunidad de trabajo para los estadounidenses (aunque poco tenía que ver la migración) y ya desde entonces se veía venir, con su capricho del muro, que las leyes migratorias iban a ser catastróficas. Lo que no se veía venir era un audio de niños llorando por sus padres, de quiénes han sido separados por atreverse a cruzar la frontera.
El 15 de Junio Dahlia Lithwick y Margo Shlanger explicaban para SLATE Magazine:
“Primero está la nueva política de que cualquier familia migrante que ingrese a los EE. UU. Sin una inspección fronteriza será procesada por este delito menor. Los padres son encarcelados y eso hace que los niños sean almacenados. Los padres generalmente se declaran culpables del delito menor y reciben una sentencia de los pocos días que sirvieron esperando el juicio. Pero luego, cuando los padres intentan reunirse con sus hijos, se les da la vuelta -y posiblemente incluso se los deporta, solos. Los niños quedan bajo custodia del HHS (Health and Human Services) a menudo sin familia.
La segunda es una política nueva y aparentemente no escrita que incluso cuando la familia se presenta en un lugar de entrada fronteriza, buscando asilo -esto es, incluso cuando la familia cumple en todos los aspectos con la ley de inmigración- el gobierno está arrebatando a los niños de su padres Aquí, la excusa del gobierno parece ser que quieren mantener a los padres encarcelados durante mucho tiempo en la detención migratoria, mientras se resuelven sus casos de asilo.”
La defensa de Trump (y sus seguidores republicanos) ha sido culpar a la administración de Barak Obama y los demócratas, pues muchas de las fotos que han circulado en redes estos días son de un “refugio” del 2014, durante una crisis en la que el número de niños que cruzaban solos se había incrementado. Para leer más detalles puedes dar click aquí.
Mientras tanto, el canciller mexicano, Luis Videgaray, condena la política de cero tolerancia y aclara que de los más de 1900 casos, el consulado ha identificado 21 como mexicanos y ya han sido repatriados, aunque aún permanecen 7 en dichos refugios. (ExcelsiorTv, 19 de junio)
No creo en los demócratas, como los héroes y santos que dicen ser; mucho menos creo en los republicanos o en el gobierno de México(esto incluye a toda la clase política). Lo que si creo, es que más allá de la nacionalidad, de nuestras creencias religiosas y políticas debemos tener compasión, siempre compasión. Por un momento, vamos a olvidar los tratados comerciales, las fronteras y nacionalidades; son niños, solos, asustados y condenados por algo en lo que ellos no tuvieron decisión.
Si alguna vez te conmovió la historia de Ana Frank, si en algún momento te estremeció ver los desastres que dejó la segunda guerra mundial o cualquier terrible historia donde olvidan que existen derechos humanos, no dejes que la indiferencia y la intolerancia ganen, no los dejes solos. Tal vez sientas que no hay nada que puedas hacer, pero están todas estas organizaciones a las que puedes donar para ayudar como Families belong together y no olvidemos las redes sociales, que a pesar de ser muchas veces escenario de revoluciones mediocres y ficticias, otras veces puede ayudarnos a presionar a quienes nos representan allá afuera, y a quienes tenemos cerca.
Tengamos la valentía de hacer lo correcto.
“La grandeza humana no reside en la riqueza o el poder, sino en el carácter y la bondad.
Las personas son personas, y todas las personas tienen defectos y carencias, pero todos nosotros nacemos con una bondad fundamental.”
Anne Frank.
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